Existen muchas celebraciones que no son más que un día en el que, somos más conscientes de la necesidad de hacer, creer o participar en algo; no se trata de llevarlo a cabo sólo ese día, sino de aprovechar esa jornada para reafirmarnos en el valor que le damos y en la necesidad de seguir haciéndolo.
Esto mismo ocurre con el día de la mujer, un día en el que seguimos valorando su papel en la sociedad de ayer, de hoy y de mañana; la igualdad entre el sexo masculino y femenino, seres humanos diferentes en lo físico pero similares en cuanto a posibilidades.
Usando nuestras propias experiencias, nos damos cuenta de esta realidad y nos reconocemos como un grupo de niños y niñas capaces por igual, de pensar, hacer, sentir.
En nuestro entorno, no vale el machismo ni ninguna otra forma de marginación; cuentos que nos muestran historias que nos hacen pensar y reflexionar.
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