Al entrar en clase, todos y todas nos fijamos en una caja que había en nuestra asamblea; nadie la había traído y nunca antes la habíamos visto. Debía ser algo importante y los destinatarios éramos nosotros, pues la habían dejado en nuestra clase.
Nos preguntamos qué podría tener dentro, y para buscar alguna pista, nos quedamos en silencio para ver si se escuchaba algo en su interior, pero no era así. Decidimos abrirla y nos encontramos con que estaba llena de objetos y traía también dos cartas.
Leímos la primera; en ella, una mujercita se dirigía a nosotros contándonos que había dejado allí la caja para que pudiésemos conocer su historia, reflejada en un cuento que podríamos leer. Nos contaba también, que todas las cosas que había en la caja, tenían que ver con su historia, así que nos pusimos a mirarlas una a una para sacar algo en claro de todo esto.
Ángel Montaño: esto es una cometa, se coge así y luego la tiras. Pero le falta un agujero.
Ángela: las cometas no son así; tienen una cuerda larga.
Aquel objeto nos causaba duda, así que decidimos dejarlo y pedir ayuda en otro momento (era un arco con dos flechas)
Blanca: esto es un peine; la mujer del cuento se peina.
Ainhoa: no es un peine, es una pluma.
Ángel Montaño: no, es una cosa para tirarla también. Mira, ¿ves que vuela?
También nos produce duda este objeto (era la pluma de una de las flechas)
Pablo: esto es un espejo, para que la mujer se mire.
Ángeles: y esto una corona, porque la mujer es una princesa.
Ángela: esto es un corazón.
Ainhoa: es un corazón de cojín.
Ángel Montaño: eso es porque la princesa se lo ha comprado para descansar.
Yaiza: y esto es una botella.
Ángel Montaño: dentro tenía vino.
Ainhoa: y en la pegatina tiene el dibujo que sale en la bandera pirata.
Ángel Montaño: en el cuento, seguro que salen piratas y se han bebido el vino.
Blanca: la mujer es pirata.
Ángel Montaño: las mujeres no pueden ser piratas.
Sergio: yo he cogido unos calcetines, porque la mujer se pone calcetines.
Mar: ¡qué asco!
Ainhoa: es que los pies huelen mal. Hay algunos calcetines grandes y otros pequeños.
Ángel Montaño: eso es porque la mujer tiene un hijo pequeño.
Analizados todos los objetos y habiendo hecho ya nuestra hipótesis acerca de la historia, leímos la segunda carta que había en la caja; decía que para conocer la historia de esta mujer, debíamos buscar su cuento en un lugar lleno de libros. Marcelo recordó la biblioteca, y todos le seguimos para ver si estaba allí; sobre una mesa y envuelto en papel de regalo, encontramos un cuento, que nos llevamos a clase.
Al abrirlo, descubrimos un cuento llamativo y en su portada, apreciamos algún que otro objeto de los que hemos encontrado en la caja.
Todos queríamos comenzar a leerlo ya, pero debemos esperar; este cuento, se leerá despacito, poco a poco, y a través de él, viviremos, disfrutaremos y nos enriqueceremos.
¡Estamos deseando conocerlo!
UN REGALO QUE NO ESPERÁBAMOS. on PhotoPeach
¡¡¡ Es graciosisimo ver la cara de sorpresa e intriga de estos peques!!!, Daniel lo ha estado viendo conmigo y no paraba de contarme lo que habia dentro del cofre, ha disfrutado muchisimo viendose en la clase.
ResponderEliminarAhora entiendo por que Blanca me repetía tanto estos días que teníais una Pluma en clase... Esta tarde le pondremos el vídeo para que nos cuente su versión jeje.
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