Conforme vamos jugando, nos vamos enfrentando a retos;
inventamos nuestro juego, lo vamos construyendo, y tenemos interés en poder
disfrutar de una cierta intimidad para llevarlo a cabo. Nos preocupa saber cómo
cerrar espacios dentro del aula, y empezamos a hablar de paredes, puertas,
ventanas, muros; nos fijamos como nunca en las paredes de nuestro Centro, en la
colocación de los ladrillos, en el tamaño. Diferenciamos entre pared, suelo y
techo, y diseñamos la pared que queremos construir; ya con las manos en la
masa, empezamos a construirla con los ladrillos que tenemos, y empezamos a
apreciar aspectos como el plano horizontal y vertical, o la relación entre la
altura de la pared y la cantidad de ladrillos. Probamos, experimentamos,
vivenciamos, nos enriquecemos de la experiencia que da respuesta a nuestra
necesidad del principio; ahora ya, sabemos acotar espacios dentro de la clase.
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