Un día, hablando del tema, nos dimos cuenta de que el próximo en llegar, sería el mío, y sintiéndonos capaces cada vez de más cosas, nos propusimos seer nosotros mismos los que organizásemos una fiesta para celebrar mi cumple, pero también un poquito, el cumple de todos y cada uno de nuestros niños y niñas.
Lo primero que hicimos, fue concretar qué cosas hace falta preparar para una fiesta de este tipo, y a partir de ahí, estamos tomando decisiones y enriqueciéndonos con el proceso. Situaciones como ésta, despiertan el interés del niño, lo motivan y hacen que se involucre en ellas con todas sus ganas; este entusiasmo es la base para todo aprendizaje, pues sin motivación, sería difícil que nadie pudiese avanzar.
Hemos decidido qué comida y bebida queremos comprar, y hemos hecho una lista para que no se nos olvide nada; hemos decidido dónde queremos hacer la fiesta de cumpleaños, y nos ha parecido que el lugar más adecuado es nuestra clase. Pero por el tipo de fiesta que queremos hacer, había que darle algunos cambios a nuestro aula, pues necesitábamos un espacio amplio para bailar y jugar, y también otro espacio para comer; comenzamos a mover muebles hasta que conseguimos lo que buscábamos, y antes de volver a colocar cada cosa en su lugar, hicimos un plano para que nos acordemos de todo el día de la fiesta.
Aún nos quedan muchas cosas por decidir, por acordar; seguiremos con ello, ¡ya veréis cuánto puede dar de sí una fiesta de cumpleaños!
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