- Ángel Montaño: los chinos del parque.
- Ángela: el tomate.
- Marcelo: el barro.
- Ángel Minuesa: la arena.
- Blanca: las piedras.
- Carmen: la tierra.
- Mar: la caca.
- Carmen: y cuando vomitas.
- Ainhoa: las flores que están sucias.
- Ángel Montaño: están sucias por abajo, porque tienen tierra.
- Marcelo: el agua.
- Sergio: la cerveza.
- Ainhoa: la fanta.
- Ángel Montaño: un charco con barro.
Pero, ¿y si usamos jabón? Echamos al recipiente unas gotitas de jabón y removemos con una cuchara; la mancha de aceite desaparece, formándose una mezcla turbia entre el agua, el aceite y el jabón. ¡El jabón lo ha conseguido!
El jabón es capaz de conseguir que las manchas se mezclen con el agua gracias a las moléculas que lo forman; las manchas son arrastradas por el agua, y lo que estamos lavando, ¡vuelve a estar brillante!
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