Tras muchos días hablando de bebés y resolviendo nuestras
dudas, llegó el momento de que nos visitaran; el compararnos con otros y otras,
nos ayuda a entendernos mejor, a ver lo grandes que somos, lo que podemos
hacer, lo que ha cambiado en nuestro cuerpo y en nuestras posibilidades.
Preparamos las invitaciones y las repartimos a nuestros
invitados e invitadas; llegó el día de la fiesta y organizamos la jornada para
ver qué queríamos hacer con ellos y ellas. Teníamos mucha ilusión por compartir
con todos, bebés y familiares, lo que es nuestra vida en el Centro; les
mostramos nuestro colegio con un paseo en el que cada uno de nosotros, se
detuvo a mostrar aquello que más le gusta. Organizamos el itinerario con un
mapa, un texto que ya conocemos y que hemos creado en muchas ocasiones.
Nos apetecía también cerrar la visita con una de nuestras
rutinas favoritas, la lectura de un cuento; lo elegimos entre todos y todas y
se lo contamos a nuestros invitados.
Lo importante de todo esto, es entender que el colegio tiene
las puertas abiertas, que se escuchan sus propuestas, que se llevan a cabo y
que hay un vínculo muy especial entre el hogar y el colegio. Sus vidas transcurren
en ambos contextos y se hace necesario que los vean cercanos, cómplices.
Gracias por invitarnos, la caca de Pepa quedará para la posteridad
ResponderEliminarGracias por invitarnos, la caca de Pepa quedará para la posteridad
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