¿Y una vez que nos reconocemos?; ahora que ya hemos
trabajado todo lo relacionado con nuestra identidad, todo aquello que nos hace
únicos e irrepetibles; ahora que aceptamos nuestro físico, nuestro nombre,
nuestras habilidades, nuestras limitaciones,… ¿ahora qué?
Ahora es el momento de empezar a hablar de emociones, porque
esas también nos definen; emociones universales que todo el mundo, en un
momento u otro, siente; emociones que tienen un nombre y van acompañadas de un
gesto. Antes de entenderlas y decidir si nos hacen bien o mal, empezamos
reconociéndolas, identificándolas en nuestro rostro y en el de los demás;
¿sabemos apreciarlas, diferenciarlas, asociarlas a las situaciones que pueden
generarlas? Todo es aprendizaje, y esto también; aprendizaje importante y
decisivo en la construcción de nuestra personalidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario