domingo, 27 de abril de 2014

LA ASAMBLEA DE LA BIBLIOTECA.

Desde que nos enteramos de que en la biblioteca del Centro había una nueva asamblea, estábamos deseando ir a visitarla y nuestra mayor preocupación, era saber si cabríamos todos. Cuando pudimos hacerlo, pudimos comprobar que aunque apretados, todos podíamos sentarnos en ella, pero que debíamos hacerlo de una forma determinada, pues si cada uno se sentaba a su aire, algunos se quedarían de pie. Volvemos a experimentar con nuestro cuerpo para apreciar el tamaño de las cosas y de los espacios.
Era importante recoger por escrito cómo debíamos sentarnos allí, para que nadie lo olvidase; cuando nos disponíamos a ello, Ainhoa se dio cuenta de que en un armario, había "trozos de asamblea", que seguro que habían sobrado de cuando la construyeron. Nos los llevamos a clase, y una vez allí, nos dimos cuenta de que nuestra asamblea, también estaba hecha de trozos; muchos trozos juntos que creaban algo más grande. Trozos de un determinado tamaño y de una determinada forma; aprovechamos para hablar de ello.
Esto nos provocó curiosidad: ¿el resto de asambleas del colegio también estaban hechas de trozos? Buscamos por todos los espacios y descubrimos, que no todas las clases tienen asamblea, pero que las que tienen, son iguales que la nuestra. Por el camino, siempre descubrimos cosas que hasta el momento nos habían pasado desapercibidas y que nos van provocando curiosidad; además, apreciamos que la disposición de las clases es diferente, lo que enriquece nuestra visión del colegio. Y no sólo eso; ahora nuestra mirada está tan atenta a "los trozos", que los vemos por todos lados. Hay trozos en el pasillo, en el baño, en la acera del patio, en el muro.

LA ASAMBLEA DE LA BIBLIOTECA I. on PhotoPeach
Siguiendo con la idea de que a veces, para construir una cosa necesitamos de muchas, vamos al gimnasio con muchos trozos, para ver si sabemos crear una asamblea. Tenemos muchos trozos y vamos colocándolos en el suelo; cada niño lo hace a su manera, y surge una estampa con una gran variedad de opciones. Niños que colocan su trozo aislado, no queriendo que nadie lo toque; niños que deciden unir su trozo a otros trozos para construir algo más grande. Terminado el trabajo, nos sentamos a apreciarlo, y empezamos a modificar, a cambiar la posición de los trozos; lo hacemos porque vemos que para que la asamblea sea grande, es fundamental que todos los trozos estén unidos. Volvemos a usar nuestro cuerpo para ver si cabemos todos en la asamblea resultante.
Ahora, después de tantas experiencias, decidimos que es el momento de plasmar sobre el papel cómo es la asamblea de la biblioteca, y también la de nuestra clase. Vuelven a surgir diferentes opciones para hacerlo, y cuando compartimos nuestros dibujos, los comparamos con la realidad, e intentamos mejorarlos usando la información que ya tenemos (trozos cuadrados y unidos)
Nos damos cuenta de que los dibujos son una representación en miniatura de una realidad mucho más grande; "en la asamblea de verdad, cabemos todos; pero en la del dibujo, sólo cabe mi culete". Usamos muñequitos y con ellos, hacemos una representación a escala de nuestra asamblea; cada muñequito es un niño, y cuidamos cómo los tenemos que colocar, qué ocurre si alguno se sienta mal. Estamos hablando de nosotros mismos, pero con la libertad que nos da, el plasmarlo a través de unos muñequitos; y a la vez, estamos trabajando la plasmación de un espacio en un papel y la organización espacial del mismo. ¡Qué gran logro!

LA ASAMBLEA DE LA BIBLIOTECA II. on PhotoPeach

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