jueves, 19 de octubre de 2017

RECORDANDO Y ENLAZANDO

Y como si las ideas del curso pasado siguiesen rondando nuestras cabecitas, vuelve a surgir nuestra curiosidad por el cuerpo humano, por cómo somos por dentro; aparecen preguntas y ya somos capaces de recurrir a las fuentes para buscar respuestas. Los libros de la biblioteca, las maquetas que hay en el colegio,…nos dan cuenta de nuestras posibilidades, pero también de nuestras limitaciones. No sabemos descifrar todo lo que pone en los libros y creemos que los mayores podrán ayudarnos; asociamos la edad con el aumento de capacidades, y la visita de nuestros hermanos y hermanas mayores, nos ayuda a apreciar el valor que tiene aprender a leer para acceder a la información que nos proporcionan los libros.
El cuerpo por dentro, el cuerpo por fuera y los agentes externos que influyen en él; los virus. Nos preocupa su tamaño, lo diminutos que deben ser como para no poder verlos a simple vista, lo que nos lleva a reflexionar sobre las cosas pequeñas; manipulamos y experimentamos con ellas, y apreciamos sus cualidades, en forma de granitos y polvo. ¡Seguro que a nuestro alrededor a montones de cosas diminutas!
A pesar de aprender sobre nuestro cuerpo, nos sigue sorprendiendo y horrorizando a partes iguales, lo que nos ocurre cuando nos hacemos “pupa”; la sangre llama nuestra atención y hablamos sobre los tubos que la transportan por todo nuestro cuerpo. Tubos finitos que sólo pueden albergar cosas pequeñas; tubos que a veces, se rompen cuando nos pinchamos y empezamos a sangrar. Buscamos la forma de entender este proceso y apreciamos cómo un líquido fluye por un tubo y cómo esa corriente, se dispersa cuando lo agujereamos; usamos una manguera, un grifo con agua y unos punzones para pincharla y volvemos a intentar representar lo que hemos vivido, el movimiento de los chorros que vamos consiguiendo al agujerear el tubo. Asumimos que tenemos sangre por todo el cuerpo, y que por eso, sangramos por nuestras heridas, estén donde estén.

Cinco litros de sangre albergados en nuestro cuerpo; una cantidad que nos cuesta entender, ya que para nosotros y nosotras, el 5 se representa casi siempre con los 5 dedos de nuestra mano. Pero, ¿cuánto son 5 litros?; usamos botellas de plástico de 1 litro llenas de agua y experimentamos con su contenido, trasvasando el agua de unos recipientes a otros, apreciando que aunque lo hagamos, siempre existe la misma cantidad de agua, viviendo las sensaciones de un líquido que se derrama, se expande, se nos escapa entre los dedos, nos moja.





















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