domingo, 22 de diciembre de 2013

VISITA A LAS TORRES DE BRENES.

Igual que hicimos con la torre de la Cigüeña, teníamos la necesidad de visitar el resto de torres que sabíamos que existían en nuestra localidad; por fin, esta semana, pudimos salir con nuestros familiares a conocer cada una de ellas.
Previamente, creamos todos los textos que necesitábamos: un mapa para no perdernos y un plano de la torre que buscamos, con todas las cualidades que se nos hacen imprescindibles. 
El día de la salida, usamos cada uno de ellos; cogimos el mapa, para llegar a los lugares, pero por el camino, fuimos encontrando otras opciones. Edificios que tenían algún campanario y con una altura razonable.
Llegamos a la Iglesia, apreciamos la altura de su torre y ya dentro, el responsable que nos atendió, nos enseñó dónde estaban las escaleras; nos explicó que no podíamos usarlas y que además, llegaban hasta la mitad de la torre. No era lo que estábamos buscando.
Fuimos a la Ermita, y allí, descubrimos que la torre era más bajita; además, el responsable nos dijo que las escaleras eran peligrosas, pues eran muy estrechas y empinadas. Las vimos desde abajo; tampoco nos servían, entonces.
Visitamos el exterior de la torre del Molino y la bordeamos buscando su puerta; pero tan sólo encontramos el hueco de una antigua entrada, que habrán tapado por algún motivo. Esta opción tampoco era válida.
Ya de vuelta, se nos ofreció la posibilidad de entrar en una casa hermandad, donde según nos contaron, había una escalera muy larga, alta y segura; nos pusimos en marcha, y allí, nos atendieron varias personas que nos permitieron subir unas escaleras altas, colocadas en dos hileras. Llegamos a un balcón desde el que pudimos comprobar que estábamos a la misma altura que el campanario de la Iglesia; aún pudimos subir más, y llegamos a una azotea desde la que se contemplaban todos los tejados de Brenes.
Una vez allí, y habiendo experimentado la sensación de subida, apreciamos el viento, el frío y la cercanía con algunos pájaros que volaban cerca; una vez allí, sacamos la caja con las plumas y el pegamento que llevábamos, y comenzamos a dar ideas. Varios pájaros se posaron cerca y estábamos seguros de que alguno de ellos, sería nuestro pájaro; como no llegaban a acercarse del todo, decidimos quedarnos inmóviles, para que no se asustaran. Aún así, no venían, así que la segunda opción fue agacharnos e intentar escondernos; tampoco se acercaban, y algunos familiares nos dieron otras ideas, como dejar allí las plumas e irnos, para ver si así, el pájaro venía. Pero aquel día fueron demasiadas experiencias, y no nos poníamos de acuerdo, así que la decisión tomada, fue volver al colegio con las plumas, reflexionar sobre todo lo vivido y llegar a un consenso con calma, pues tenemos que buscar una solución con la que todos estemos de acuerdo.
Fue un día cargado de momentos y vivencias que, por un lado, nos enriquecieron y nos ayudaron en nuestro proceso de búsqueda; por otro lado, nos permiten apreciar que somos capaces de hacer todo lo que nos propongamos; y por otro, nos hicieron ver que nuestros familiares están ahí para todo lo que necesitemos, y que nos ayudarán siempre que se lo pidamos. A todos ellos, ¡gracias!; ¡os mantendremos informados!

LAS TORRES DE BRENES. on PhotoPeach
LAS TORRES DE BRENES II. on PhotoPeach

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