sábado, 17 de marzo de 2018

PECES, PETRÓLEO, DINOSAURIOS Y GRAVEDAD.

El hablar del entorno marino, nos está sirviendo para comprender mejor este contexto, pero también, para entender mejor el medio terrestre; y es que las personas podemos aprender comparando situaciones que son iguales o por el contrario, realidades que son diferentes.
Al preguntarnos si el fondo del mar es sonoro y si los peces pueden escuchar, analizamos primero nuestro contexto (que sí es sonoro), el viaje que hace el sonido para que podamos escucharlo y los "obstáculos" que es capaz de superar para poder llegar a nuestro oído.





Descubrimos que los peces pueden escuchar para huir de sus enemigos, que en el fondo del mar, son otros peces que se los quieren comer; volvemos a hablar de la cadena humana, en la que también aparecemos los seres vivos. Unos dependemos de otros y todos somos necesarios; nuestro cuerpo necesita alimento y algunos peces, pueden aportarnos lo que necesitamos para estar sanos. Por eso, decidimos probar el pescado; vamos al supermercado y las personas expertas, nos explican sus beneficios. Gracias a nuestras familias, podemos hacer una degustación de algunos de ellos.




Los grandes se comen a los pequeños; y el más grande, es la ballena azul; leyendo sobre su tamaño, usamos referencias reales y sistemas de medida no convencionales para entender su magnitud. No usamos metro, aunque sabemos que existe; nos resulta más cercano usar nuestro propio cuerpo para comprender la longitud de las cosas. Y para poder transportar el tamaño de la ballena donde queramos, pasamos esta medida a una cuerda, que nos permite comprobar si este animal cabría en espacios cercanos a nosotros y nosotras, como la clase, el pasillo, el patio, el gimnasio o incluso otros lugares fuera del colegio que consideramos grandes. Para ello, nos llevamos la cuerda que mide como la ballena a nuestras casas y con nuestras familias, vemos si la calle de nuestra abuela, el patio de nuestra casa o el campo que visitamos, permitirían que cupiese este animal. Tan importante como saber usar un metro, es tener experiencias de este tipo, en las que niños y niñas perciben de una manera muy vivenciada, el tamaño de las cosas.



Pero el ser humano, se relaciona con los animales marinos de muchas formas; ya hemos visto que hay una interdependencia entre estas dos especies, pero a veces, esta relación no es buena y las personas perjudicamos la vida de los peces. Noticias reales nos ayudan a entender esto y a volver a centrarnos en el tema que nos ocupaba y nos ocupa: la relación entre el petróleo y el entorno marino; llega a nuestra clase el caso del Prestige, un barco petrolero que perjudicó y mucho, las costas de Galicia. Manchas de ese líquido que aún no terminamos de conocer y que afectaron el ecosistema gallego.



La noticia nos ayuda a entender que para conseguir el petróleo, hace falta perforar el suelo, ya que está en un lugar bastante profundo; hablamos de “muchos suelos”, unos bajo otros, y de esta forma, llegamos a los estratos geológicos. La percepción de profundidad, rápidamente se asocia a antigüedad, y entienden que cuando más profundo está algo, más tiempo hace que sucedió; arrancan entonces a hablar de los dinosaurios y tratan de buscar fósiles o restos de aquellos animales que tanto les llaman la atención a los niños y niñas. Sin pretenderlo, han sido capaces de relacionar el petróleo con los dinosaurios, algo que otros y otras ya hicieron en su momento; conocemos otra noticia que así lo abala. Un grupo de personas encontraron restos de dinosaurio en una excavación petrolífera en Argentina.



Estos animales nos llevan a volver a usar nuestra línea del tiempo, donde vamos colocando las cosas que van pasando en orden cronológico, para comprender cómo ha sido la evolución de la vida.


Todos y todas saben que los dinosaurios murieron hace mucho tiempo, pero surgen dudas sobre dónde vivieron (¿aquí o en otro mundo?) y cómo murieron; hay ya teorías e hipótesis en nuestro grupo: volcanes, bolas que caen del cielo. Todas ellas, son explicadas por los niños y niñas que exponen sus creencias y que frente a las preguntas del resto, las explican y justifican.







La hipótesis de la bola que cayó del cielo, cobra fuerza y nos preguntamos cómo pudo pasar; conocemos las cosas que suelen caer del cielo, y no entendemos cómo algo que en un principio estaba en el espacio, puede terminar cayendo sobre el planeta Tierra. Surgen las primeras ideas, y alguien habla de la Gravedad; frente a nuestro desconocimiento, buscamos la palabra en el diccionario y la asociamos rápidamente a los imanes.





Es una fuerza que atrae las cosas hacia la Tierra y hace que se mantengan “flotando”; eso ocurre con la Luna. Miramos información sobre el espacio y nuestro planeta siempre tiene bien cerquita a este satélite.
Entonces, ¿qué ocurrió aquella vez con esa bola que mató a los dinosaurios? Las ideas de nuestros niños y niñas giraron en torno a que la bola pesaba tanto, que terminó cayendo; vuelve a decir cosas muy ciertas, y es que la gravedad también tiene que ver con el peso de las cosas. Arrancamos entonces a hablar de peso, y con una balanza, comprobamos que lo que pesa más, “cae” y lo que pesa menos “sube”, en los platos de nuestra balanza.




¿Y nosotros y nosotras? ¿pesamos mucho o poco?; recordamos lo trabajado el curso pasado, cuando intentamos volar y comprobamos que todo lo que tirábamos hacia arriba, terminaba cayendo, a mayor o menor velocidad. Y nosotros y nosotras, podíamos saltar, pero sólo conseguíamos permanecer sin tocar el suelo unos segundos. Al mirar el texto que hicimos sobre el tema el curso pasado, nos sorprende cómo recogíamos las cosas, cómo escribíamos y cómo dibujábamos; esto nos sirve para valorar los progresos y confiar en nuestras posibilidades.



Como vemos, vamos construyendo el conocimiento a partir de lo que ya sabemos o pensamos; vamos explicando nuestras ideas y conforme lo hacemos, vemos nuestros errores o las hipótesis que flaquean y no se sostienen. Somos un grupo que avanza junto, y las preguntas de unos, hacen dudar a otros; y las respuestas de unas, aclaran las ideas de otras. Se hace importante dar momentos para que los niños y niñas hablen, pero para que también comprueben, experimente, actúen. Buscamos que las estrategias que están siguiendo en este tema del que ahora hablamos, se asimilen para que puedan usarlas en cualquier otra pregunta que se hagan sobre el mundo en el que vivimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario