sábado, 14 de junio de 2014

NUESTRO PLAN DE TRABAJO.


Gracias a la colaboración del papá de Mar como experto, teníamos ya trazado un plan de trabajo para aprender a construir la casa para el Sahara; el tener un plan por escrito, nos permite volver a apreciar la importancia de este tipo de lenguaje, pues con él, no olvidamos nada y todo resulta más sencillo.
Durante mucho tiempo, hemos hablado del Sahara, de sus cualidades, así que teníamos claro dónde íbamos a hacer la casa. Era entonces, el momento de hablar de tamaños; y como unos temas están relacionados con otros, los tamaños nos llevaron a hablar de dimensiones y capacidad de espacios. ¿Qué tamaño debe tener la casa?, ¿cómo es un lugar grande?, ¿cuántos caben en él?. Buscando por el cole, apreciamos nuestras sensaciones cuando estamos en un lugar grande y cuando estamos en uno pequeño; esto nos permite descubrir la relación entre la dimensión de un lugar y el aforo que permite.
Y decidido ya el tamaño de la casa, tenemos que acordar cuántas personas van a vivir en la casa; volvemos a demostrar nuestra necesidad de relacionarlo todo con nosotros y nosotras, así que, como no conocemos exactamente a la familia de Fatma, decidimos imaginar que su familia tendrá tantos miembros como personas hay en nuestra clase. Contamos cuántos somos y cada uno hace de un familiar; ahora sabemos que queremos una casa que permita albergar a 20 personas. Y para no olvidarlo, lo recogemos por escrito; para ello, utilizamos un papel grande, en el que todos quepamos dentro (aún nos cuesta eso de crear algo a escala, preferimos experimentarlo con nuestro cuerpo).

QUÉ TAMAÑO. on PhotoPeach
Los textos escritos siempre nos ayudan, y en este momento, rescatamos uno de los que nos dejó el papá de Mar; era necesario hablar de las habitaciones que queríamos para la casa, así que llegamos a un acuerdo sobre las que nos parecían esenciales. Todas debían ser grandes, pero nos surgieron dudas en el dormitorio; para ello, Rosalino nos dejó un documento donde se nos ofrecían muchas posibilidades en cuanto a disposición de camas y capacidad de las mismas. Analizamos el texto, barajamos todas las alternativas, y lo hicimos con nuestro cuerpo, para vivenciarlo mejor; de esta forma, establecimos un reparto que nos permitió hablar de una nueva forma de contar, de 2 en 2.
Y como era el momento de hablar de las medidas de las habitaciones, recurrimos a otro elemento importante en la visita de Rosalino, el metro. Fue sorprendente ver que nuestros niños y niñas tienen nociones sobre medida; saben que es algo importante que te da datos reales, que todo se puede medir siempre y cuando esté quieto y que hay muchos instrumentos de medida. Con este conocimiento previo, buscamos lugares que medir en el colegio y nos decantamos por paredes; ofrecemos a los niños y niñas, experiencias para que se familiaricen con su uso, vayan apreciando sus cualidades, reconozcan su utilidad.

MIDIENDO. on PhotoPeach

Pero, volviendo a un nuevo documento que nos dejó el papá de Mar, descubrimos otra forma de medir, usando nuestro cuerpo. Se nos ofrece aquí una nueva forma de conocer las dimensiones de un lugar, en este caso, una pared; podemos medir ocupando un espacio, utilizando nuestro cuerpo y el de los demás para ver qué pared es la más grande y cuál la más pequeña. Nos parece una muy buena idea y la encontramos cercana, asequible; se nos ocurren otras muchas formas de medir con nuestro cuerpo, y en cuanto tengamos tiempo, las llevaremos a cabo.
Hay sistemas de medida convencionales, compartidos por mucha gente, válidos y necesarios; pero también existen otros sistemas más particulares, que un grupo pequeño de personas puede acordar y que les permite comprender el tamaño de las cosas, la comparación entre unas y otras. Ambos tipos de sistemas, son igual de válidos.
MIDIENDO II. on PhotoPeach

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